La Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un desarrollo exponencial en los últimos años, abriendo nuevas posibilidades para personalizar el aprendizaje y transformarlo. Desde hace muchos años, las películas y novelas de ciencia ficción nos planteaban una imagen futurista que impactaba múltiples aspectos de la sociedad, entre ellos, la educación. La IA se sitúa hoy en el centro de la innovación educativa, prometiendo revolucionar la manera en que aprendemos, pero ¿acaso las y los estudiantes estamos preparados para esta nueva forma de aprender? Estas tecnologías, lejos de ser una promesa distante, son una herramienta presente que podemos aprovechar para construir trayectorias de estudio personalizadas y adaptadas a las necesidades individuales de cada estudiante.
La IA ha sido una herramienta valiosa en mi aprendizaje como estudiante de pedagogía, brindándome múltiples beneficios. Por un lado, ha contribuido a desarrollar habilidades de escritura académica, tales como ampliar mi vocabulario, mejorar mi sintaxis y conocer más conectores del discurso. Por otro lado, la IA ha actuado como un corrector personal, permitiéndome identificar y corregir errores, así como evitar repeticiones innecesarias. Las herramientas de IA ofrecen sugerencias gramaticales y de estilo, ayudan a generar ideas y organizar mis pensamientos, e incluso analizan mis textos y dan retroalimentación detallada sobre la estructura, la coherencia y la claridad. Esto facilita la identificación de áreas de mejora y el desarrollo de mis habilidades de escritura.
Desde mi experiencia como estudiante, la IA ha sido un catalizador de mi aprendizaje, un aliado que ha enriquecido mi experiencia educativa. Me ha permitido superar obstáculos que antes me parecían insuperables, desafiando mis límites y expandiendo mis horizontes. No obstante, a pesar de los beneficios que me ha brindado, valoro enormemente la interacción humana en el aula. La conexión con mis compañeros, la guía de mis profesores y el ambiente de aprendizaje colaborativo son elementos fundamentales para mi crecimiento personal y académico. Encontrar este equilibrio entre la tecnología y la esencia humana es fundamental para construir una educación que nos prepare para un futuro donde ambas se entrelazan de manera inseparable, construyamos un futuro donde la IA y la humanidad trabajen juntas para crear un aprendizaje más poderoso y significativo.
Para concluir, puedo decir que la IA ha sido un aliado invaluable en mi proceso de aprendizaje, pero es crucial recordar que su poder reside en nuestra capacidad para comprender cómo funciona y cómo comunicarnos con ella de manera efectiva. Al igual que cualquier otra habilidad, la creación de prompts se puede aprender y mejorar con la práctica constante. Cuanto más experimentamos y ajustamos nuestras preguntas, más capaces nos volvemos de obtener resultados precisos y útiles, lo que se traduce en un aprendizaje más profundo y significativo. Al dedicar tiempo y esfuerzo a experimentar y ajustar nuestras preguntas, podemos aumentar nuestra productividad y aprovechar al máximo cada minuto de estudio, construyendo así un futuro donde la tecnología y la humanidad se entrelacen para crear experiencias educativas aún más enriquecedoras.
Me gustaría dejar algunos "tips" para mis compañeros estudiantes: sean específicos en sus prompts, definan el rol de la IA, experimenten con diferentes variaciones, y recuerden que la creación de prompts es una habilidad que se desarrolla con la práctica. Por ejemplo, al pedirle a la IA que revise un texto para corregir ortografía, redacción, congruencia y sintaxis, y al especificar el tono deseado (formal, informal, académico, etc.), se pueden obtener resultados muy útiles que ahorran tiempo y mejoran la calidad del escrito. Es crucial recordar que el poder de la IA reside en nuestra capacidad para establecer una comunicación efectiva y colaborativa. Al igual que cualquier otra habilidad, la creación de prompts se puede aprender y mejorar con la práctica constante. Cuanto más interactuamos y ajustamos nuestras preguntas, más capaces nos volvemos de obtener resultados precisos y útiles. Dedicar tiempo y esfuerzo a esta interacción, posibilita aumentar nuestra productividad y aprovechar al máximo cada minuto de estudio.

*Estudiante de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras, se desempeña como gestora de redes sociales para la Comunidad de Educación Basada en Evidencias (CEBE). Paralelamente, representa al alumnado del Área de Humanidades y de las Artes en el Consejo Académico de la UNAM.
